Guatemala, 18 feb (PL) Parados ante la pirámide del Gran Jaguar, imponente desde su altura de 45 metros y 90 escalones, podríamos pensar que no hay mayor ejemplo de magnificencia en el parque Nacional Tikal, en el Petén guatemalteco.
Sin embargo, muy cerca de allí, aún bajo el manto de la tupida vegetación de la selva, yacen más de 60 mil estructuras mayas que empiezan a dar respuesta al enigma de la ciudades perdidas y a cambiar muchas de las teorías sobre esta fascinante civilización. La magia ha sido posible gracias a la revolucionaria tecnología Lidar (Laser Imaging Detection and Ranging), la cual penetra en el manto sin dañarlo y brinda una imagen tridimensional detallada de lo que se esconde debajo de la superficie sin cortar ni un árbol.
Hallazgos anteriores favorecían la idea de que las ciudades mayas estaban aisladas y eran autosuficientes. Sin embargo, Lidar mostró las ruinas de una extensa civilización precolombina, mayor, más compleja e interconectada de lo que se suponía.
«Con estos nuevos datos ya no es inaceptable creer que aquí vivieron entre 10 y 15 millones de personas», aseguró el arqueólogo Francisco Estrada-Belli a la revista National Geographic.
HALLAZGOS PROMETEDORES
Al parecer, la mayoría de las estructuras recién detectadas son plataformas de piedra que pudieron soportar las tradicionales casas de cubiertas vegetales de los mayas, pero también hay grandes palacios de la realeza, pirámides, enterramientos.
Una de las sorpresas mayores fue la compleja red de calzadas que unían a las ciudades en el área explorada: Tikal, El Zotz y el norte de Petén.
Los datos de Lidar demuestran que la función del sistema de foso y muralla de 14 kilómetros de longitud que rodea la ciudad de Tikal fue construida para protegerla de invasores. La frecuencia y escala de esas fortificaciones es inesperada y se incrementará cuando la tecnología muestre nuevas áreas, detalló Marcelo Canuto, otro de los líderes del estudio.
Las carreteras elevadas, que permitieron el paso incluso en temporada de lluvia, eran suficientemente amplias, lo cual sugiere que fueron muy transitadas y utilizadas para el comercio.
En algunas áreas los mayas manipularon el flujo del agua y mitigaron la erosión, una evidencia de inversión a gran escala en sistemas agrícolas intensivos y sostenibles.
Canuto confirmó que por lo menos tres sitios nuevos aparecen ahora en el mapa: Xmakabatun, Kunal y Kanalná.
Uno de los hallazgos más impresionantes es una pirámide de siete pisos en Tikal, intacta en gran parte, pero tan cubierta de vegetación que casi se encuentra fundida con la jungla.
Otra sorpresa fue encontrar extensas defensas y fortificaciones que respaldan la teoría de que los mayas participaban en guerras a gran escala, un factor determinante hasta el punto de configurar el surgimiento y desarrollo de algunas de sus ciudades más grandiosas.
La magia de Lidar: otra luz sobre la cultura maya
Por Maitte Marrero Canda